Hace tiempo que invertir en los Estados Unidos es visto como una opción muy atractiva. Son conocidas las historias de quienes dejan todo para apostar a ese país y terminan triunfando en todo tipo de negocios, inspirando a otros a hacer lo mismo. Es que el país americano tiene una estabilidad económica, jurídica y normativa que hace que gran parte de las inversiones provenientes de todo el mundo se desarrollen allí, permitiendo también el ingreso a pequeños y medianos capitalistas. 

Si bien hay muchas recomendaciones para iniciar este camino, también hay muchas cosas que debemos evitar si queremos tener éxito. Por eso, una vez tomada la decisión: ¿cómo empezamos? Antes que nada, es necesario pensar no solamente en aquellas cosas que SÍ debemos hacer, sino también en las que NO. No se trata de tener una mirada pesimista ni negativa, sino de ejercitarse para desarrollar un pensamiento estratégico que nos permitirá encontrar nuevas opciones y caminos de contingencia.

En primer lugar, tenemos que estar muy seguros de lo que queremos hacer. La idea de hacer algo innovador puede parecer muy tentadora, pero la realidad es que en Estados Unidos ya todo está inventado. En lugar de guiarnos por nuestra intuición, lo mejor es buscar un negocio que funcione e invertir en él. Incluso, si tenemos la idea de adquirir una franquicia, las que más ventajas tienen son las locales estadounidenses y no algún negocio extranjero que pueda parecer novedoso.  Aquí, la figura de un especialista en inversiones tangibles nos ayudará, ya que podrá brindarnos información relevante sobre los negocios bajo estudio, explicándonos las ventajas concretas y reales de dicha inversión; todo en base a números.

En línea con lo recién mencionado, otro punto importante es pensar las inversiones únicamente desde lo rentable y no como si fuéramos a vivir ahí. Parece una obviedad, pero muchas personas creen que pueden elegir una inversión de acuerdo a sus gustos personales y esto es una equivocación que muchas veces se paga caro.

Para evitar caer en esta trampa debemos analizar los comparables y promedios estadísticos antes de tomar una decisión. Si tenemos dudas, es preferible esperar a resolverlas y no arriesgarnos a tener una pérdida de la que no podemos recuperarnos. El apuro no es buen amigo de los negocios inteligentes.

La misma actitud debemos tener a la hora de pedir un préstamo hipotecario. Estados Unidos es un país que promueve el uso de créditos, incluso para los extranjeros.  Hoy, es un momento propicio para la obtención de un préstamo hipotecario para compra o líquido sobre una propiedad con plusvalía obtenida por apreciación del mercado.

Para inversionistas extranjeros, cumpliendo con los requisitos básicos, el trámite es simple y ágil. De todas formas, para dar con el mejor, que dependerá de las características de cada inversor, lo ideal es contar con un experto en el tema que nos asesore.

Importante: el acceso al crédito siempre servirá, aún en los casos en los que luego vendamos la propiedad. No hay que alarmarse si la propiedad sube de valor una vez que nos deshacemos de ella, siempre que hayamos tenido ganancia no será un problema ni un mal negocio. En real estate, como en cualquier inversión, lo importante es no perder.

En resumen, Estados Unidos ofrece muchas oportunidades para todos, solo hay que saber verlas y tomarlas. Si observamos atentamente y realizamos nuestras inversiones de forma cuidadosa, guiándonos por fórmulas conocidas y exitosas, lo más probable es que logremos hacer buenos negocios. De todas formas, quien busca rentabilidad debe saber que de la mano de la rentabilidad viene el riesgo. La clave es elegir inversiones que nos garanticen una rentabilidad deseada y que sepamos el nivel de riesgo asociado a la misma.