Noticiar

¿Es posible desarrollar un país sin una política energética sólida y consensuada?


13 de septiembre de 2022

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Gabriel Bornoroni

Presidente de CECHA

Es hora de dejar la grieta a un lado y empezar a plantear soluciones reales y concretas

La respuesta corta es no. La respuesta larga es absolutamente no. Durante estos últimos años vivimos en carne propia lo que implica no tener una política energética seria. Días atrás, Rusia anunció que va a suspender los envíos de gas natural a Francia. La demanda de energía en el mundo está en máximos históricos. Todo eso podría representar una oportunidad fenomenal para nuestro país, podríamos estar exportando nuestros recursos energéticos en volúmenes históricos, podríamos estar recibiendo una inyección de divisas comparable a la de nuestros mejores momentos. En vez de eso, pasamos el invierno contando los centavos en el Banco Central para poder pagar las importaciones de gas.

Ese panorama tan frustrante es el resultado de que en nuestro país la política energética sea víctima constante de la grieta y de la especulación política. Es la triste conclusión de lo que pasa cuando nuestra clase política es incapaz de generar consensos y acuerdos. Y los que pagamos la factura de esa incapacidad, por supuesto, somos todos los argentinos.

Escribo esta nota de opinión en mi carácter de presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República y de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina. Los estacioneros somos de los que más fe podemos dar del daño que la falta de políticas serias en materia energética generan en nuestro país. Nosotros somos el último mostrador de energía en la Argentina y ese lugar nos permite detectar las consecuencias directas y concretas de la grieta.

Sin ir más lejos, hace tan solo algunas semanas el interior del país sufrió una falta de gasoil que podría haber paralizado por completo la estructura productiva. Ahora mismo, el precio final de nuestros combustibles está pisado, tremendamente atrasado con respecto a la inflación. Una distorsión que va a empezar a amenazar a la industria energética si no es discutida cuanto antes.

En estos días en los que la grieta (e incluso la violencia) parece extremarse, creo que hace falta que se empiecen a alzar más voces que piensen en el futuro del país. No hay país sin energía. Es así de sencillo. La Argentina necesita encontrar nuevos puntos de acuerdo sobre los cuales reconstruir la convivencia democrática y estoy convencido de que la cuestión energética puede ser uno de esos puntos. No, me equivoco. Debe ser uno de esos puntos. El acuerdo de YPF-Petronas aparece para calmar las aguas frente a la inacción que venía teniendo el gobierno los últimos meses. Celebramos la iniciativa para apaciguar la incertidumbre, pero no queremos que estas firmas se conviertan en parafernalia sin una acción concreta. Esperamos que esta alianza se materialice en un plan estratégico concreto, que finalmente muestre el potencial que tiene Vaca Muerta. Ya se han repetido muchas frases vacías sobre su potencial casi como un mantra, como una promesa de un futuro que no sabemos cuando va a llegar. Esperamos que esta alianza plantee de verdad como potenciar Vaca Muerta, con medidas concretas y no sólo promesas vacías.

Los dimes y diretes del mentado gasoducto Néstor Kirchner son el claro ejemplo de ello. Esa obra podría haberse terminado hace años. Podríamos estar abasteciendo nuestro mercado interno y exportando los excedentes con volúmenes históricos. Pero la política fue incapaz de abordar el tema con madurez, de admitir por un segundo que determinadas cuestiones deben quedar por fuera de los caprichos políticos por el bien del país. Ese es tan solo un ejemplo. Podríamos citar muchos más. ¿Pero cuál sería el sentido de seguir sacando trapitos al sol?

Los estacioneros somos gente práctica. Nos gusta resolver problemas cuando se nos presentan, no discutirlos hasta el cansancio. Ese es el mensaje central que me gustaría dejar en esta nota: en la cuestión energética, es hora de dejar la grieta a un lado y empezar a plantear soluciones reales y concretas.

El acuerdo YPF-Petronas deja entrever lo que venimos repitiendo hasta el cansancio: la Argentina está frente a una oportunidad histórica como pocas veces nos ha pasado. En muy poco tiempo podríamos cambiar por completo la matriz exportadora de nuestra economía, haciendo que la energía ocupe un espacio central, generando oportunidades de crecimiento y desarrollo inmensas.

Pero ese acuerdo debe ser claro y transparente. Todos los argentinos tenemos que saber cuáles son las inversiones que planean hacer y cuál es el plazo real para contar con ese tan ansiado GLP para exportar. Entender mejor el proceso nos permitirá anclar expectativas y ordenar el mercado energético interno.

No podemos dejar que esa oportunidad se deslice entre nuestros dedos, como tantas otras. Por eso desde este humilde espacio quiero hacer un llamado de atención a toda la clase política. No me importa de qué partido sean. Les pido que sean capaces de ponerse de acuerdo y de una vez por todas nuestro país sea capaz de generar las políticas de estado que nos merecemos en la cuestión energética.

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