Noticiar

Entre las sogas


02 de octubre de 2025

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Daniel Casas

El Gobierno de Javier Milei intenta sacar cada tanto una mano salvadora y recibe una lluvia de trompadas. Hoy la peor piña se la dio Besset cuando aclaró que no hay plata para Argentina.

Como esos boxeadores que están arrinconados y al borde del knok out, atontado y sin estrategia, el Gobierno de Javier Milei intenta sacar cada tanto una mano salvadora y recibe una lluvia de trompadas. La peor piña de hoy se la dio esta mañana antes de que abrieran los mercados el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien en una entrevista concedida a la cadena de TV CNBC confirmó lo que era un secreto a voces: “No estamos poniendo dinero en la Argentina, le estamos dando una línea de swap”. 

Dicho en otras palabras, Bessent le dijo al gobierno mileista una frase muy usada en su breviario:  No hay plata.

Bessent está presionado internamente. La administración Trump no pudo cerrar su propio presupuesto y hasta que consiga un acuerdo en el Capitolio está restringido a su mínima expresión, lo que se conoce como un shutdown.  En este contexto, el jefe de Economía de EEUU aclaró que Washington no financiará en las actuales condiciones la necesidad de Argentina de sostener al dólar hasta las elecciones.

Y agregó que el swap no será de 20.000, como se dejó trascender la semana pasada, sino de 5.000 millones de dólares. Se trata de un pase contable a las arcas de la Argentina que busca generar confianza en los mercados. Y no es una concesión gratuita -por su naturaleza el presidente Donald Trump no se lo permitiría-, como afirmó enfáticamente Milei en la entrevista que le dio este miércoles al periodista Antonio Laje. 

La aclaración de Bessent afectará hoy a los mercados, que no se calmaron con la compra parcial de los dólares que liquidaron los grandes exportadores de cereales, que fueron los únicos contentos con esa medida. La presión para que el dólar llegue a un nuevo piso de al menos $1.700 no cesa y hay ninguna acción del gobierno que genere confianza. Ni siquiera la supuesta entrevista que Milei  tendría la semana próxima con Trump, en el Salón Oval de la Casa Blanca, que fue difundida por el gobierno argentino pero no por el estadounidense.

El gobierno estadounidense insiste en que si quiere el salvataje Milei deberá “fortalecer” su gabinete, esto es hacer cambios. Y además dar señales de merma de la influencia de China en la economía argentina, donde los capitales del gigante asiático están presentes en varias empresas y en varios proyectos de infraestructura, además de tener un swap como el que ofrece Washington. 

Mañana el ministro Luis “Toto” Caputo y su equipo viajan a Washington para trabajar con Bessent en la búsqueda de un acuerdo que libere el salvavidas económico, que hoy por hoy parece lejano.  

En este contexto, mientras siguen su curso los escándalos por la presunta estafa con la cripto moneda $Libra y los audios que involucra a Karina Milei en coimas sobre fondos para discapacitados, las denuncias de que el primer candidato a diputado por la Provincia de Buenos Aires financió su actividad política con dinero proveniente del narcotráfico fue otro cross en plena cara del gobierno libertario.

Espert concedió ayer una entrevista al periodista Pablo Rossi y se negó a responder si es verdad que recibió 200 mil dólares de Federico “Fred” Machado, un presunto narco que está en una cómoda prisión domiciliaria esperando que la Corte Suprema de Justicia resuelva sobre el pedido de extradición de la justicia estadounidense. 

“Sos consciente de que si no respondés si Machado te giró 200 mil dólares estás dando lugar a que la gente piense que el que calla otorga”, llegó a decirle Rossi. Espert reiteró que responder eso sería hacerle el juego al candidato peronista Juan Grabois, que lo denunció penalmente. Espert necesita un coucheo de comunicación con urgencia.

Milei anoche respaldó a su candidato a diputado, que hoy es más un lastre que una locomotora en la campaña de La Libertad Avanza (LLA), pero la reacción de otros sectores del gobierno es por lo menos llamativa.

Patricia Bullrich, ministra de seguridad y candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires fue la primera que se desmarcó de Espert, al reclamarle que vaya a los medios a dar explicaciones. Luego atemperó sus críticas, tal vez por el respaldo explícito de Milei, pero a las pocas horas volvió a la carga contra el calvo candidato.

Se podría pensar que la ministra candidata no es afecta al uso de la palabra lealtad, a pesar de su lejano pasado por el peronismo, pero también hizo ese mismo reclamo nada menos que el jefe del Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, quien le pidió a Espert que explique sus presuntos vínculos con Machado.

“Yo creo que tiene que dar una explicación clara y contundente”, dijo el funcionario al hablar en un encuentro empresario.

Desde hace días que los libertarios hacen cola para pegarle a Espert, un hombre al que su temperamento y su escasa empatía le ha generado más de un enemigo, interno y externo. Y, se sabe, las hueste libertarias no son mucho de salir a bancar al caído.

El caso es que mientras arrecian las especulaciones sobre que Espert no llegaría como candidato a las elecciones del 26 de octubre –lo cual no tiene mucho sentido, porque ya no hay tiempo de reimprimir boletas y su cara estará al tope de la lista libertaria compita o no- lo cierto es que cada vez hay más indicadores que anticipan una elección más pobre de lo imaginado por LLA, aún después de la dura derrota en las elecciones provinciales bonaerenses.

¿Sacará Toto Caputo alguna paloma más de la galera para llegar con el dólar bajo los $1.500 a las elecciones? ¿A qué costo?, son algunos de los interrogantes más en boga en estos días. 

Sobre lo que hay coincidencia casi absoluta es que el día después será duro para la economía argentina, donde nadie descarta una devaluación, cuyos consecuencias la amarga experiencia acumulada por los habitantes de este país indica que será una escalada de precios difícil de sostener.

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