La Corte en el ojo de la tormenta II
10 de junio de 2025
La Corte Suprema de Justicia finalmente rechazó el recurso de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por el fallo de segunda instancia en la causa Vialidad que la condenó a seis años de prisión efectiva y la inhabilitó a perpetuidad para desempeñar cargos públicos, con lo que esa sanción quedó confirmada.
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Esta es la información jurídica dura y cruda, pero el dato más relevante es político, porque afecta a la principal dirigente de los últimos 20 años y a la figura de la oposición que más votos propios reúne para enfrentar al gobierno libertario de Javier Milei y deja boyando varios interrogantes, que quizás no tengan una respuesta única.
Si bien estaba más cantado que “Despacito” que la Corte no haría lugar al reclamo de CFK, no deja de llamar la atención que la cúpula del Poder Judicial, acostumbrada a manejar con maestría los tiempos políticos para dejar que las cosas decanten por su propio peso, ahora haya fallado unánimemente por sostener una condena que marca un antes y un después en el mundo político, generando una lluvia de críticas que enchastra hasta a los propios cortesanos.
Tanto el Gobierno como los enemigos más acérrimos que el kirchnerismo se supo ganar recitan la receta del buen republicano destacando que funcionó la división de poderes y quedó en claro que “quien las hace las paga”, como se apresuró a decir la ministra de Segurdad, Patricia Bullrich.
Sin embargo, esa afirmación choca contra datos concretos. Además de CFK, son varios los funcionarios de su segundo gobierno que cumplieron condenas efectivas: el exvicepresidente Amado Boudou, el exministro de Planificación Julio de Vido, y los exsecretarios de Transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime, entre varios más. ¿Fueron justas esas condenas? Probablemente sí.
Durante el gobierno kirchnerista hubo varios hechos de corrupción que ocuparon las planas de los diarios con mayor o menor nivel de escándalo, pero la pregunta es si la Justicia trató a todos por igual o se corrió la venda para ver quién era el acusado en cada caso.
Durante la gestión presidencial de Mauricio Macri (2015-2019) también hubo causas que tenían elementos para el escándalo. Parques Eólicos, donde el juez Marcelo Martínez de Giorgi investiga pausadamente la participación de una cadena de sociedades que tenía en su último eslabón a Lares Corporation SPF, donde tiene una importante participación Gianfranco Macri.
También la causa Peajes, que investiga presuntes irregularidades en la concesión de los peajes, donde la Cámara Federal revocó los procesamientos de exfuncionarios del macrismo que había dictado el juez Rodolfo Canicoba Corral, y dictó la falta de mérito de los exfuncionarios macristas Guillermo Dietrich, Javier Iguacel, Nicolás Dujovne y Bernardo Saravia Frías.
Y hay más pero valen como botones de muestra para preguntarse si la Justicia aplica los mismos criterios para todos. ¿Esto exculpa a los condenados del kirchnerismo? Probablemente no, pero queda boyando la impresión de que la Justicia sería más justa, valga el juego de palabras, si midiera a todos con la misma vara.
Tampoco hay que caer en la tentación de pensar de que este fallo fue operado desde el Poder Ejecutivo, entre otras cosas porque está por verse si tener a CFK fuera de la cancha para las elecciones no termina por potenciar su incidencia política, como la voz cautiva y proscrita del principal partido de oposición.
La condena a la titular del PJ bien puede alinear una interna que hasta el momento parecía difícil de resolver, lo que en cierto modo podía facilitarle al oficialismo de La Libertad Avanza concretar su gran sueño de vencer al peronismo en su principal territorio, la Provincia de Buenos Aires. Por lo pronto, la reacción en las calles que se generó con la confirmación de la condena, que incluso sacó de su letargo a los gremios y hasta forzó a la CGT a tomar posición, algo que en los últimos tiempos no se le da bien.
Muchos interrogantes sin respuesta, pero una de las pocas cosas que quedan claras es que los miembros de la Corte, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti ingrearon hoy en la historia política de Argentina, pero no se sabe si como héroes o villanos.