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Noticiar | Juan Manuel Gispert: “Las provincias ahora tienen la autonomía para condicionar a Milei”

Juan Manuel Gispert: “Las provincias ahora tienen la autonomía para condicionar a Milei”


10 de julio de 2025

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Daniel Casas

NoticiAr entrevistó Juan Manuel Gispert, politólogo especialista en economía y miembro del CEPA para hablar de la relación, siempre tensa, entre el Estado central y los provinciales. 


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Javier Milei asumió la Pesidencia de la Nación con una debilidad manifiesta en ambas Cámaras del Congreso, pero sin embargo consiguió sacar la Ley Bases, entre otras, y logró eludir la ratificación de algunas iniciativas opositoras que vetó. Dos elementos se combinaron para que el gobierno libertario encontrara fortaleza en su debilidad, el dislate opositor y los acuerdos, más o menos extorsivos, con algunos gobernadores que ordenaron a sus legisladores dar o restar quórum, según le conviniera al Ejecutivo nacional. Este último elemento, parece haber cambiado.

Las provincias ahora tienen margen para forzar negociaciones o hacer que todo decante en un cambio de escenario, como podría ocurrir este mismo jueves en el Senado, donde se inició un debate que puede condicionar al gobierno. NoticiAr entrevistó Juan Manuel Gispert, que es politólogo especialista en economía y miembro del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) para hablar de la relación, siempre tensa, entre el Estado central y los provinciales. 

“Yo distingo dos etapas en la relación entre Nación y las provincias, que es entre la política y la transferencia de recursos. El año pasado Milei hizo el mega ajuste fiscal que generó una fuerte recesión, a la que hay que sumar la fuerte devaluación con que inició la gestión. Todo eso terminó ahogando a las provincias, mientras que el Presidente mantuvo una imagen positiva muy alta”, explicó.

 “Los gobernadores se encontraban sin recursos y, a la vez, no podían pelearse con Milei si no se quería quedar enfrentados, sobre todo porque varios de ellos estaban negociando frentes electorales, que en algunos casos sigue como una posibilidad latente”, agregó.

“Esa asfixia inicial que generaba la caída de los recursos coparticipables como IVA, por ejemplo, y la pérdida ganancias que viene desde cuando  Sergio Massa, como ministro de Economía, eliminó ese impuesto para la cuarta categoría, es decir los trabajadores, dejó a los gobernadores rendidos y arrodillados para negociar con Milei, varias cosas, entre las que destaca la Ley Bases”, señaló Gispert para describir el escenario.

La pregunta, entonces, es qué cambió para revertir esa relación de fuerzas. “Primero, la economía se estabiliza, en un piso más bajo, pero se estabiliza. Más la política del crawling peg (tipo de cambio móvil), donde el peso se empezó a apreciar todos los meses. Y se empezó a generar una cierta reactivación en algunos sectores económicos. Y aparte del gobierno, elimina el impuesto a país, hace baja de retención. Antes de diciembre de 2024 los recursos que más crecían a nivel nacional eran los no coparticipables y caían los participables. Este año se revirtió le ecuación y crecen más los coparticipables”, respondió.

“Entonces, las provincias se encuentran en un año electoral con mejores recursos que el año pasado, con más autonomía, y por ende comienzan a plantarse en algunas cosas ante el gobierno nacional. Por caso, la motosierra del Gobierno en gran parte fue a la obra pública, que es muy sensible para las provincias, porque sacan sus productos por las rutas nacionales, que están hechas un desastre”, agregó.

En este marco, cuando la Nación le pasa la pelota a las provincias, les recorta la obra pública y les dice que se hagan cargo de las obras nacionales, los gobernadores discuten y le reclaman al Gobierno nacional que coparticipe, por ejemplo, el impuesto al combustible, para aplicar ese dinero en las rutas por donde transitan los que consumen el combustible.

 “La moneda de cambio con que los gobernadores están apretando en el Congreso de Milei, son las leyes de emergencia del Garrahan,  de discapacidad, de las universidades, jubilados… El Gobierno contaba con que ellos ordenen a sus legisladores trabar los rechazos parlamentarios a las leyes opositoras que el Ejecutivo veta. Si ellos esos vetos serán rechazados y las leyes incómodas ratificadas”, analizó Gispert. 

Con estos elementos, con los plazos electorales en marcha, conviene ver las opciones que están abiertas. “El análisis se complejiza en relación a lo político y a la imagen de Milei, que sigue alta, y eso acota el espacio político de los gobernadores, donde hay algunos de Juntos por el Cambio, algunos más radicales que PRO y otros al revés, que se enfrentan a un mapa en donde el Presidente les acotó el espacio político. La disyuntiva es estar con Milei o contra él”, dijo.

“Este es un fenómeno se dio en todos los países que han tenido estos fenómenos de gobiernos extremos, que no dejan espacio en el sector de la derecha –le escapo a esa categoría, pero es la más práctica para explicar este punto-, o estás alineado con Milei, o con (Jair) Bolsonaro, si tomamos el caso de Brasil, o  no tenés espacio”, sintentizó.

¿Pero los gobernadores están dispuestos a romper?, vale preguntarse. “Por necesidades operativas de sus gobiernos, de recursos, los jefes provinciales tensan la cuerda, pero quieren negociar acuerdos electorales. Mendoza está en esa negociación concreta en este momento; Chubut estaba, pero ahora  parece que rompió; Corrientes lo mismo, por poner a algunos”, señala el miembro del Centro CEPA.

“Pueden pasar dos cosas, o Milei descomprime, libera algunas transferencias o los hace participar en el impuesto al combustible, o descomprime por la política, haciendo acuerdos electorales más generosos. Hasta ahora, Milei les exige a los gobernadores que el eventual frente se inscriba como La Libertad Avanza y que todo sea color violeta”.

 “Lo que está claro es que si Milei rompe con las provincias, en un juego de todo o nada, su gobernabilidad quedará muy lastimada, salvo que haga una elección tremenda en la legislativa nacional de este año, pero las perspectivas son que va a ser una buena elección, nada más”, agregó el politólogo.

NoticiAr le marcó a Gispert el hecho de que la bancada libertaria es chica y con pocos escaños por renovar, es decir que todo indica que van a crecer en número. “No estoy seguro de que gane por un margen muy amplio, porque su credibilidad es menor que la de hace un año. Entonces, los votos que sume se los termina sacando al PRO y a los radicales de distintos lugares, o sea que la cuenta no es tan lineal”.

“Por otra parte, la condena de Cristina (Fernandez de Kirchner)  acentúa el fenómeno de polarización entre Milei y el peronismo. Tal vez hasta se plantea un empate técnico, donde ninguno tenga mayoría ni margen de negociación porque va a quedar un peronismo no negociador y en frente libertario sin margen de alianzas porque no va a quedar mucho espacio para hacer alianzas políticas”, agregó. 

El esquema no es nuevo, cuando hay paridad entre las bancadas grandes las pequeñas salen de pesca, y cobran caro. Pero saliendo de esta disputa casi coyuntural, el problema de fondo sigue siendo la generación de divisas, el esquema productivo. 

“Las provincias no están bien e incluso tienen problemas de recaudación de sus propios recursos de ingresos brutos por la caída de la actividad económica. Las actividades que están creciendo en la economía argentina son muy marginales en relación al economía en su totalidad: el agro pampeano, con la soja y otros granos; el petróleo, la minería… sectores que impactan en la cuenta general pero no tienen una representatividad en toda la Argentina de forma pareja. El PBI indica que la economía creció, pero apuntalada por estos sectores. La industria, que es un sector de peso, el comercio, el turismo, el agro por fuera de los granos, está mal…  Entonces hay provincias con mejor situación financiera económica, pero no están bien; también es importante aclarar eso”,  dijo sobre el punto Gispert. 

La lógica del Estado parece centrada sólo en lo financiero ¿no hay un problema del aparato productivo que se va deteriorando?, preguntó NoticiAr. “La lógica del Estado es financiera y de una economía primaria, nada nuevo. La vieja fantasía liberal argentina, donde el Estado se encarga de incentivar o desincentivar cualquier política de valor agregado y se apunta solamente a aquellos sectores que tienen competitividad internacional per se”, fue la respuesta. 

“Con el modelo de Milei le puede ir bien o a los intermediarios financieros que operan esto y algunas de otras empresas vinculadas a servicios de estos sectores. Pero bueno, el mandato antiinflación al Milei lo que logró es la consistencia de su política económica en relación a la inflación. Es impresionante como tiene alineadas todas las variables del Gobierno para atender ese principal problema. Ese mandato antiinflacionario tiene una perspectiva muy electoralista, porque acelera con ese objetivo la destrucción del entramado productivo”, agregó.

 “Habilitan las importaciones, quitan aranceles, la compra online de Estados Unidos directo a tu casa, la apertura de importaciones sin sentido…, no hay ninguna inteligencia comercial en importación argentina o es como crecen las importaciones de alimentos de alimentos compiten directamente con las producciones locales”, completó.
 

  ¿Cuáles son las consecuencias en el mercado productivo y en el laboral? 
  “Las decisiones de la macro economía general destrucción del entramado productivo, que acelera con su política antiinflacionaria. Hay 120.000 puestos en trabajo perdido en el sector privado registrado”, precisó Gispert. 

Se parece a lo que ocurrió con el menemismo, pero hay matices. En los ’90 estaban  el argentino que se quedaba dentro del sistema, el que se quedaba afuera porque se quedaba sin trabajo quedaba afuera del sistema. Ahora hay otros elementos de sosten.

“Hoy tenés a una clase trabajadora en blanco, que no llega a fin de mes, y los que llegan y tienen algún excedente para ahorrar o consumir, que viven una película distinta, porque ese excedente te alcanza para comprar más dólares, o viajar al exterior, o comprar bienes durables, que subieron menos que la inflación. Hablos de electrodomésticos y autos, porque con la baja de la inflación se ha vuelto más accesible la financiación, que incluso llega a la compra de inmuebles, para un sector de clase media alta, profesional”, señala.

“Después tenés al desempleados, a los que el mundo actual les da herramientas que antes no estaban, como la posibilidad de manejar un Uber, propio o como chofer, y reunir incluso más dinero que cuando eran empleados en relación de dependencia, pero sin obra social ni aportes jubilatorios. Eso se llama uberización de la economía y explica, en cierta medida, por qué no se genera una crisis social”.

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